sábado, 28 de septiembre de 2013

Cinco días sin celular

Esta entrada es de un viaje personal a una situación que pareciera intrascendente, pero que invita a reflexionar la dependencia a las redes sociales y, en general, a la tecnología que tenemos las criaturas urbanas.

Todo comenzó el día que mi cel (un iphone5 para mayor referencia) luego de desenchufarlo se apagó en algo menos que un palo promedio de un adolescente precoz... mas o menos 5 minutos. Durante dos semanas transité entre la duda y la desesperación, paseando con un cargador en el bolsillo y una batería de respaldo.

Para no hacerselas larga (sé que tengo ese efecto) resultó que mi batería se infló. (¿cómo se infla una batería? ¿quién me la sopló que ni sentí? ¿debo dejar de ir a las cabinas de erótika?) O más bien se dilató, como dijo el de servicio de Macstore cuando me dio la noticia de que me repondrían el equipo... de 3 a 5 días... ¡Qué podría pasar en 3 o 5 días hábiles!

Al momento es el día dos y nadie ha muerto.  NO he recibido las miles de llamadas perdidas, ni hay gente desesperada buscándome. Nadie me extraña en el "feis" y hasta hay quien descansa de mi en Twitter. Lo único que descubrí son cosas que había perdido.

Descubrí que aun existen (y abundan) teléfonos de monedas en cada esquina y que es una chinga depender de ellos. Redescubrí lo que es anotar números en papelitos y que se te pierdan, o los anotes mal, o no le entiendas a tus propios números como buen galeno.

Me reencontré con la libertad de no tener que ver una pantalla para sentirte vivo, ni querido. Con una conversación continua mirando a los amigos a la cara entre chelas y mezcales. Redescubri que hay al rededor una multitud pegada a sus equipos, que prefiere ver un concierto a través de la pantalla que de sus propios ojos, que hacen citas para tomar un café, sentados fente a frente, pero sin mirarse mientras platican con alguien a kilómetros de distancia.

Es verdad, la tecnología nos acerca a quien está lejos, pero nos aleja insufriblemente de quien está cerca, de la gente, del contacto, de los otros sentidos.

Faltan varios días para recuperar mi teléfono, no sé, mi yugo. Seré capaz de reintentarme y coexistir en este mundo 3G manteniendo mi libertad... Y ¿que pasaría con mi instagram, del cual me enorgullezco y que se ha vuelto mi red favorita? http://instagram.com/sanchacalitorey

Por que al final, es justo esta esclavitud la que nos ha hecho un poco libres de expresar, de transmitir, de crear...


Y bueno, sólo para cerrar y porque este es un Blog de viajes, les comparto imágenes de un destino ideal para vacacionar desconectados de las redes. Porque no basta con "querer" descansar y aislarse. He visto cientos de turistas en la playa sin poder despegarse del cel. 

Por ello, lo mejor es obligarnos al estar en el paraiso que aún no es "territorio telcel", ni iusacell, movistar o unefon. Con ustedes un rincón del cielo para re-crearse: MAJAHUAL, Quintana Roo.

Un pequeño poblado de un par de calles paralelas a un malecón donde pueden pasarse días de inmensa paz contemplando los tonos del mar, del cielo, de sus maravillosos amaneceres y la calidez de su gente.

Majahual es de esos destinos que se extrañan, donde no hay complejos turísticos para gringos y se puede mirar y sonreir a la gente. Andar en bicicleta del Faro al muelle de pescadores, hospedarse en cabañas con colchón de agua, y hacer kayac por la bahía. 


Lánzate a conocerlo y a liberarte, a unos kilómetros de Chetumal y a unos cuantos centímetros del cielo...






domingo, 15 de septiembre de 2013

Guadalajara de Puente. Primera escala Tonalá.

Santuario del Sagrado Corazón
.Detalle.
Tonalá debe ser, obligadamente la puerta de entrada para conocer Guadalajara.

Si esta noble ciudad metropolitana es llamada "la perla de Occidente", Tonalá es el típico sitio en el que hay que rascar para encontrar los tesoros de barro y tradición que encierra. 

A primera vista parece intrascendente, pero dentro de sus pocas construcciones antiguas podrás deslumbrarte con la habilidad de sus artesanos y lo enigmático de sus nahuales.

Una visita de una mañana y una buena lana para la compra de artesanías te bastará para llevarte lo mejor de Tonalá. 




Inicia tu recorrido desayunando en el mercado municipal, justo en la plaza de armas para degustar unos típicos "lonches", al terminar (si no es fin de semana) recorre el acerbo municipal de cerámica en el interior del palacio municipal. Justo a lado, se encuentra el santuario del Sagrado Corazón, que a pesar de su sencillez tiene una réplica en su entrada del mismísimo corazón de quien suscribe.

Claustro de Santiago
Avanza en seguida por la plaza de armas para conocer a la heroína local, la reina vihuapillo que reinaba a la llegada de los españoles y que me recordó a un par de amigas lenchas por su atletismo y su bravura.  Continuando en la misma dirección, podrás divisar la parroquia de Santiago Apóstol. Patrono de Tonalá, que a pesar de la tosquedad externa, guarda en su interior detalles de alfarería como las pilas bautismales y los floreros monumentales, así como un tranquilo claustro con alabastras con motivos celestiales.

Saliendo por Obregón, encontrarás a media calle el Café  Tizana, con detalles en arquitectónicos dignos de una buena foto.En la fachada encontrarás nahuales, que te acompañarán el resto del camino. 

Doblando a la derecha en Cuauhtémoc para tomar Ramón Corona y llegar al Museo Regional, un acogedor espacio (sin albur) de exposiciones temporales de arte en barro, para conocer la cosmovisión tonalteca y los tipos de técnicas: petatillo, bandera, negro esgrafiado (y los que no me aprendí).  




Nahuales tonaltecas en el Museo Ragional

Máscaras de Toastanes
Saliendo avanza hasta la calle Constitución y dobla a la izquierda rumbo al Museo Nacional de la Alfarería. De camino echa un vistazo a las "Crucitas" capillas que encontrarás por todo Tonalá cuyo motivo de veneración son distintas cruces en los sitios donde alguna vez acaamparon los colonizadores.

Una vez en el museo, vale la pena que te dejes guiar por el personal del museo, orgulloso de mostrar las maravillosas piezas que alberga y contarte de la tradición de los Tastoanes, los cuales puedes apreciar el 25 de julio en el centro de Tonalá y el 14 de septiembre en las huertas.




Para finalizar el recorrido es hora del "choping" artesanal. Sobre avenida Hidalgo regresando al centro, encontrarás diversas galería, talleres y tiendas. Que no te falte la Galería Bernabé para deslumbrarte con la maravillosa técnica de petatillo (y con los precios) 


Concluye tu recorrido con una visita al mercado de artesanías (ahí te acuerdas de los cuates) y prepárate para agarrar el bus o el taxi para Tlaquepaque...