jueves, 18 de abril de 2013

Puebleando por pueblitos y pueblillos

Cuando era niño y salíamos de viaje en familia, nadie quería ir con el "Tío Chucho" Tenía un vocho blanco, de esos antiguos y amplios donde entrabamosmás de cinco, y llevava casettes con la tremenda corte y canciones del Tri. No eran sus malos chistes o las frecuentes peleas con su esposa lo que hacía que nadie quisiera viajar con él, sino que al tío chucho no le gustaba tomar autopista ni caminos directos, a él le gustaba pueblear.

Gracias a él hice mis primeros viajes y aprendí que hasta el más polvoriento de los rincones, puede albergar un tesoro digno de conocerse... ¿o no? Bueno, quizá no, por eso, nuestros benditos gobierno han instruido numerosos programas para promover el turismo en los pueblos. Tenemos por ejemplo los "pueblos con encanto" del gobierno mexiquense y los famosos Pueblos Mágicos, que suman ya los 83 (http://www.sectur.gob.mx/wb2/sectur/sect_Pueblos_Magicos)

Palizada
Para algunos, los pueblos mágicos se llaman así por las desapariciones forzadas que ocurren en ellos. Para otros, un ardid panista para promover el turismo. Una estrategia publicitaria y un despilfarro de recursos. 

Para la SECTUR, "un Pueblo Mágico es una localidad que tiene atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin MAGIA que emana en cada una de sus manifestaciones socio - culturales, y que significan hoy día una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico"(sic.). 

Para mi, es un reconocimiento a la gente que ha defendido y preservado su identidad, resguardando espacios que te transforman. En un pueblo mágico el turista se transforma en viajero, ahí esta la magia.
Pero como la sabiduría popular consigna: hasta en los tinacos hay niveles. Y para hablar el mismo lenguaje, la categoría de Sanchacalito, o de las 5 "CH" y una lista de buenos ejemplos, por si ocupan. Esta clasificaicón no es patrocinada, ni persigue fiones políticos. Está basada en la experiencia sincera de un viajero gay alternativo, y por ella es totalmente subjetiva... pero quizá por eso sea más confiable...

Malinalco
Existen pueblos de incuestionable magia, que te invitan a quedarte, a regresar y siempre encontrar algo nuevo. Estos pueblos ameritan, al menos, un fin de semana largo (léase puente). Estos son los CHingones.

Malinalco, del que después les palticaré es un buen ejemplo. Uno puede ir todo el año y encontrar cada vez algo distinto, algo maravilloso que envuelve, que ancla.

Otros son pueblos de gran belleza pero por el amaño o número de atractivos puede bastar un fin de semana para conocerlos. Estos son los CHidos. Zacatlán ilustra bien esta categoría, un lugar donde hay mucho más que manzanas y con mucha acción en sus alrededores.

Zacatlán

Similares son los CHulos, pueblos indispensables en una ruta, pero que pueden conocerse en un día. Es decir, pa dominguear.

Bacalar en Quintana Roo y es un ejemplo de un lugar increible, pero que en un día conoces en absoluto todo lo que tiene que ofrecer, sin dejar de ser indispensable para un buen viajero. Cualquier "pueblo con encanto" entra en esta categoría.



También están los CHistis, que pueden visitarse de pasadita, para hacer una escala técnica, calmar la tripa o ver el atractivo principal. Generalmente están dentro de una ruta, como el caso de los pueblos de Morelos que forman parte de la Ruta de los Volcanes: Tetela del Volcán, Hueyapan, Ocuituco y Atlatlahucan.

Bacalar
Y finalmente, los Pueblos cuya magia es saber como aparecen en un mapa turístico. Si es que tenían algún atractivo, seguro está bajo tres capas de grafitis mal escritos y tres kilos de basura. Estos son los CHafas. De estos no hablaremos, ¡como para que! Pero pues si ocupan, allá mi rancho grande, allá donde vivía es un buen ejemplo de como destrozar el patrimonio cultural y natural, Nicolás Romero ,
Nacolas Rockero o más recientemente Nicolás Memuero.

Ahora si, ya estamos listos para comenzar la travesía, abrochece el cinturón y desaborchece el pantalón que estas son, las andanzas del chacal

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